Resumen: En éste articulo voy a tratar el tema de las mutaciones génicas, analizándolas no solamente desde una prospectiva biológica, sino sobre todo espiritual. El ADN y sus mutaciones devienen entonces un registro de memorias recopiladas a lo largo de las existencias, que nos orientan no solamente hacia la evolución biológica, sino sobre todo hacia la Consciencia.
Soy un medico, cuya practica diaria se extiende desde la medicina interna a la genética preventiva, de la endocrinología a la inmunología y, por último pero no menos importante, la hipnosis evocadora medica, más allá de la hipnosis regresiva.
Desde niño tengo una "fijación" con la Luz, que amo con todo ser y siento instintivamente u psíquicamente que la Luz podría ser la medicina mas poderosa que conozcamos.
He revelado esta creencia que tengo un amigo mío, Dr. Franco Berrino, oncólogo y decano del Instituto Nacional de Tumores de Milán, preguntándole qué sensación le daba mi asunto: "La Luz trata el cáncer". Su respuesta fue: "Podría ser".
( Jenab M, Berrino F et al 2009)
Me ocupo de la Vía de la Luz en cada aspecto posible, desde los fotones, al receptor nuclear de vitamina D, que yo llamo el receptor de Dios, el VDR: Vitamin D Receptor.
El gen VDR se sitúa en el brazo largo (brazo q) del cromosoma 12, en posición 13.11.
He ensamblado dos kit de test génicos (ADN VIT D TEST A y B) relativos al receptor VDR de la vitamina D, el gen TPH2 de la serotonina y el transporte de la serotonina hasta los receptores de las neuronas.
Se trata de dos test muy innovadores, que revelan el "potencial"génico de contraer enfermedades y entonces prevenirlas. Mis tratamientos siempre son biológicos, pues yo creo que el potencial terapéutico de la vitamina D, la vitamina de la Luz, sea insuperable.
Estaba acostumbrado a leer e interpretar los muchísimos test génicos que me ayudan en mi trabajo de prevención, cuando de repente algo maravilloso ocurrió.
Ahora me permito salir de la palabra "ciencia", por lo menos del termino que sueles relacionar al método científico, y te revelo mi luminoso secreto, que se dirige a la ciencia del espíritu.
Las mutaciones que solía ver y analizar en los test génicos de repente me aparecieron como "huellas kármicas", "estigmas kármicas", grabadas en nuestro ADN para producir un proyecto evolutivo espiritual del alma, de vida en vida y de ADN en ADN.
Te ruego aquí que entiendas mis palabras de una forma intuitiva y no racional, tampoco exijo una opinión de experto en génica.
El receptor VDR de la vitamina D presenta numerosos polimorfismos que luego devienen mutaciones: una base nitrogenada de un nucleótido se ve remplazada por una distinta, diferente de la norma. Ésto cambia el sentido la transcripción de las proteínas, tanto que a éstas mutaciones se le denomina "mutación con cambio de sentido" u "de sentido erróneo" (del inglés missense mutuation).
Sabemos que existen mutaciones espontaneas, que parecen producirse de forma natural, en ausencia de agentes mutágenicos conocidos. Luego hay mutaciones inducidas, o sea que se producen en presencia de agentes mutágenicos como rayos X, emisores gama, radiación ultravioleta.
Además de esto también existen mutaciones epigenéticas u epimutaciones, que se transmiten de generación en generación y no están provocadas por cambios en la secuencia del ADN, o sea la secuencias de los nucleótidos se mantiene inalterada.
Según la epigenética, se producen mutaciones de la expresión génica, o sea lo que cambia es la función y el comportamiento del gen.
La epigenética es fundamental para la evolución, la variabilidad, la adaptación biológica y la salvaguardia de la especie.
Es maravilloso saber que el entorno, el estilo de vida, la alimentación, las emociones, las alegrías, los sufrimientos, pueden cambiar la expresión de algunos genes, activarlos u desactivarlos.
Y aquí está mi visión espiritual de las mutaciones génicas.
Considero que las mutaciones génicas, y sobre todo los polimorfismo del receptor de la Luz VDR, sean los saṃskāra, o sea las huellas kármicas u rastros mnémicos descritas en los antiguos textos hindú y budistas. Hablando metafóricamente, también podría llamar a los saṃskāra las "caries de la Luz".
Los rastros de nuestros hechos, cumplidos de vida en vida, se van acumulando en el deposito génico (karmasaya), que es un receptáculo en el que se imprime la ley de causalidad.
La evocación y el entendimiento de los saṃskāra, que se realizan a través de la meditación y de la hipnosis evocadora, así como el saneamiento de la vitamina D, son fundamentales, para mi, para sanear las heridas de nuestra alma y liberarnos del yugo kármico.
Estoy seguro de que, siguiendo la Vía de la Luz, podríamos liberarnos de nuestros sufrimientos. Buena vida,
Angelo Bona